Tengo muy interiorizado el mantra de que la comida no se tira. Por eso, a continuación os doy unos consejos para aprovechar al máximo todas las recetas. La clave está en valorar primero qué es lo que sobra y luego pensar qué se puede hacer con ello…
¿Os ha sobrado un poco de estofado de Ternasco de Aragón y no os llega para la comida de hoy o queréis cambiar por no volver a comer lo mismo? Tenéis varias alternativas, ¡y todas muy ricas!
Cortad los trozos de carne en trocitos más pequeños o “deshilachadlos” y utilizad esto como salsa para unos macarrones u otro tipo de pasta. Si os falta salsa, podéis volcar los restos en una sartén y recrecedlos con una chorradita de nata o, incluso, con un poco de salsa de tomate. Luego, añadís ahí la pasta elegida y tendréis uno de los platos de aprovechamiento más ricos que se pueden preparar.
Otra opción es la lasaña o los canelones, un recurso que no falla. Así que coged ese guiso de Ternasco de Aragón de la noche anterior y añadidle un poco de leche. Luego, rectificadlo nuevamente de sal y pimienta, lo trituráis con la batidora o lo desmenuzáis a mano y de nuevo en el fuego lo espesáis con unos copos de puré de patata. Luego, dejadlo enfriar y formar la lasaña con las placas de pasta ya cocidas colocando en una bandeja un fondo de tomate frito y encima varias capas intercaladas de pasta. Después, cubridlo con una bechamel ligera y echadle queso para gratinarlo. Tras hornearlo, dejadlo enfriar un poco y… ¡disfrutad, disfrutad, disfrutad!
También podéis utilizar los restos del estofado como base para una sopa contundente. Primero, rehogad un poco de ajo y verdura picada, flambeadla con un chorrito de brandy, y añadid el estofado con la carne muy pequeñita cortada y el agua. Después, rectificadlo de sal y cuando esté hirviendo le echáis un huevo entero y lo movéis muy rápido para que se rompa y se cuaje en hilo. Creedme, ¡conseguiréis una sopa muy rica y muy barata!
A ninguno nos gusta comer la carne a la plancha cocinada del día anterior –o incluso de antes– pero claro, no la vamos a tirar… Así que preparad una bechamel espesa y dejadla enfriar. Luego, envolved cada trozo de carne por completo con ella y pasadla por huevo y pan rallado para empanarla. Lo freís y tendréis una elaboración de la cocina más clásica del recetario español: una “Villeroy”. Es una receta un poco pringosa pero que estaréis deseando repetir. Es perfecta para prepararla con ayuda de los críos ya que se lo pasan bomba. De hecho, ¡merece la pena grabarlos!
Otra opción con carne a la plancha es calentarla en un poco de salsa de tomate que previamente hayáis aligerado con un poco de agua para que esté más líquida. Después, dejad cocer la carne a fuego lento durante unos 10-15 minutos y veréis cómo se viene arriba. En apenas 15 minutos habréis pasado de una carne fría y poco apetitosa a un plato nuevo totalmente delicioso.
Los restos de asado son los más agradecidos… Solo con recalentarlos están fantásticos pero si queréis cambiar tenéis mil posibilidades. Aquí os explico unas cuantas:
Podéis hacer unas croquetas añadiendo a la bechamel el jugo del asado y la carne a trozos no muy grande. Tened en cuenta que de esta manera no haréis unas croquetas cualquiera sino las mejores croquetas que se pueden encontrar ya que es así como se preparan las auténticas… ¡Con restos del día anterior!
Deshilachad la carne y echadla fría en una ensalada con lechuga, patata del asado o cocida, dados de pan fritos o secos y huevo duro. Si os gustan, podéis añadir unos gajos de naranja. Luego, preparad una vinagreta mezclando AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra), vinagre balsámico, unas gotas de zumo de naranja, un poco del jugo del asado y sal. Habréis hecho una ensalada tipo César pero más fresquita y muy muy sabrosa.
Esta receta es tan sencilla que casi no tengo ni que decir cómo hacerla… Freíd 2 huevos en AOVE, calentad los restos de asado y volcadlos encima de los huevos fritos. Rompedlo todo y comedlo con pan bueno… Puro vicio señores, puro vicio…
Visto todo esto, recordad la lección de hoy: ¡Nunca jamás en la vida tiréis restos de Ternasco de Aragón a la basura! ya que además de ir contra la humanidad, os perderéis grandes platos de alta cocina. Así que, ¡Que sobre, que sobre, que sobre!
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