Las madejas (en Aragón) o zarajos (Navarra, La Rioja, Madrid, etc…), aunque también llamados en otras partes de España cordetas o carullos, son una de las partes de casquería de cordero más populares en bares y restaurantes, aunque en los domicilios es menos frecuente su preparación. Se elaboran con los intestinos delgados del cordero.
Limpios de manera escrupulosa, se enrollan en forma de madeja alrededor de un trozo de entresijo, se cuecen y se fríen en aceite muy fuerte, quedando tiernas por dentro y doradas por fuera.
Para esta receta es imprescindible que los intestinos estén perfectamente limpios. Si los compramos enteros, sin enrollar sobre el redaño, nos tenemos que asegurar de su perfecta limpieza. No está de más que los volvamos a limpiar debajo del grifo, pero sin quitar la carne adherida, ya que es la que le da el sabor.
Una vez limpios, los enrollamos sobre el redaño del cordero y, opcionalmente ajo tierno, y vamos haciendo una madeja del grosor deseado, teniendo en cuenta que al cocer merma bastante.
Por ello es muchísimo más práctico comprar las madejas o zarajos ya limpios y enrollados, de esta forma nos evitamos la parte, con diferencia, más engorrosa de toda la receta.
Dificultad baja
Como siempre que hervimos algo, vamos retirando la espuma que sale a la superficie. Tapamos y cocinamos durante 30 minutos.
Retiramos los zarajos o madejas a un plato con papel absorbente y dejamos enfriar a temperatura ambiente. Hacemos esto ya que, si las cortamos en caliente, corremos el riesgo de que las rodajas se nos rompan. También se pueden refrigerar, de esta forma tendrán aún más consistencia.
Mientras cuecen las madejas podemos ir preparando la picada de ajos y perejil con la que vamos a aderezarlas una vez en el plato. Podemos hacerlo a mano con un mortero o con la ayuda de una picadora.
Si lo hacemos con el mortero, ponemos en éste los ajos cortados en dos o tres trozos y una pizca de sal para que no resbalen.
Machacamos un poco, añadimos el perejil y terminamos de machacar hasta obtener una pasta, momento en el que añadimos el aceite de oliva virgen extra y emulsionamos.
Si lo hacemos con picadora, añadimos al vaso los ajos (no es necesario cortarlos), el perejil y el aceite. Trituramos al gusto.
Podemos dejar pequeños trocitos de ajo o podemos triturarlo completamente.
Cuando las madejas estén frías, las partimos en láminas de medio centímetro de grosor y freímos en una sartén a fuego medio-alto con un poco de aceite.
Deben quedar doradas por fuera y tiernas por dentro, de esta forma el contraste es delicioso. A la hora de servir, damos un punto de sal y regamos con la picada de ajos por encima.
Las podemos acompañar de patatas fritas y/o pimientos de padrón, nosotros las hemos querido poner solas para que vierais que realmente no necesitan ningún acompañamiento. Eso si, ¡imprescindible tener a mano un buen pedazo de pan!
Autor: Paula Durán
Cocinar para comer es un necesidad, en mi caso el mejor gimnasio mental en el que desestresarme. Amante de la cocina tradicional e internacional y sobre todo del ternasco de Aragón.
6 Comentarios
Donde los puedo comprar en Sabadell no los encuentro
Hola Victoria, te hemos mandado un correo electrónico. Saludos.
Muy ricas parecen, hoy probaré a cocinarlas.
Ya nos contarás qué tal Rosa
Quisiera comprar madejas. Soy de Tarragona..donde o cómo podria adquirilas?
Hola Gerard, puedes escribirnos a info@grupopastores.coop o llamarnos al 976 138 050.
Saludos.