Vivir de la ganadería ovina, sin vivir solo para ella

Los ganaderos de ovino quieren poder vivir de este oficio milenario sin renunciar a disfrutar de su vida e incluso tener tiempo para sus aficiones. ¿Por qué no puede un ganadero practicar esgrima o aprender a bailar? El sector ovino debe ser atractivo para la incorporación de jóvenes. Por eso, la familia Banzo ha apostado por trabajar de la mano con nuestra cooperativa en la aplicación de avances tecnológicos en su explotación que les han permitido mejorar su calidad de vida y garantizar el relevo generacional.

El origen de la ganadería de la familia Banzo viene de los antiguos rebaños de los pueblos, cuando existía un rebaño común por municipio y un único pastor que guiaba a todas las ovejas. En cada casa tan solo tenían unas 15 o 20 ovejas para consumo propio. Así nos lo cuenta nuestro socio y ganadero José Banzo Alvira que relata cómo “cuando entraban al pueblo cada oveja se iba a su corral. No había rebaños grandes porque era para alimentarse cada familia”.

José Banzo, que vive en la localidad oscense de Huerto, hace poco más de un año que se jubiló y dio oficialmente el relevo a su hijo Sergio Banzo. Actualmente cuentan con un rebaño de 400 ovejas de raza rasa aragonesa. Optaron por la selección de esa raza autóctona al entrar a forma parte de nuestra cooperativa Oviaragón-Grupo Pastores. José Banzo apunta que “con las razas autóctonas sabemos que ya tenemos una marca de denominación de origen, sabemos lo que criamos”.

Compaginan desde hace muchos años esta actividad con la agricultura y un negocio familiar de hostelería, por eso, el tiempo es oro para ellos. Trabajan mano a mano con los veterinarios de la cooperativa para poder vivir de la ganadería sin ser esclavos de ella. En su día a día, se apoyan en avances como el pastor eléctrico, los cercados, el lector SIRA y la producción propia de la alimentación adecuada, y apuestan claramente por una mejora genética que ha situado a su ganadería como una de las más productivas de Aragón. Padre e hijo coinciden en que “buscamos una mayor calidad de vida”.

Las nuevas tecnologías en el ovino, un salto generacional

Sergio ya es el titular de la ganadería Banzo desde hace apenas un año, pero no es nuevo en el oficio y ha compaginado ayudar a su padre con su formación. Lleva trabajando desde los 14 años en la explotación familiar, a los 21 años terminó su formación como técnico agrícola y ha sido con 37 años cuando ha llegado el momento de tomar el relevo generacional, de forma oficial, y su padre le ha traspasado la titularidad de la ganadería.

Eso sí, a Sergio Banzo le gusta resaltar que “el salto generacional lo dimos realmente cuando me incorporé con 22 años y empezamos a renovar la ganadería con la implantación de nuevas tecnologías”.

Y es que deja claro que “si tuviera que estar con el palo en el monte de lunes a domingo con una rentabilidad escasa, hace años que ya no me dedicaría a la ganadería ovina”. En esa línea, también destaca que el asesoramiento de la cooperativa y estar abiertos de mente es lo que les ha permitido mejorar su ganadería. Banzo no esconde que “al principio los planes EVO suponen un trabajo extra y una inversión, pero a medio y largo plazo nos benefician totalmente. Estamos contentos y, de esta forma, yo sí que le veo futuro”.


ganaderia ovino Grupo PastoresJosé Banzo pastoreando el rebaño hace unos años.

Su padre José Banzo le ha dado el relevo a su hijo, pero es consciente de que esta situación cada vez es más anómala en el sector de la ganadería ovina, al que se incorporan pocos jóvenes. José apunta que “es difícil que una persona joven se dedique al pastoreo porque le espera una vida complicada sin tiempo”. Sin embargo, aporta una visión optimista y cree que el sector debe seguir avanzando para cambiar el modelo con mejoras que hagan atractiva esa incorporación y que el ovino se deje de ver como algo muy sacrificado.

Él, desde su experiencia, afirma que “conseguir que la ganadería sea más viable lleva trabajo y dedicación”. Resalta que ellos han apostado por trabajar mucho de la mano de nuestra cooperativa Oviaragón-Grupo Pastores en aspectos como la mejora genética para lograr una mayor producción. No se trata de un gasto, es una inversión a futuro porque eso se recupera con una mayor rentabilidad de la ganadería y una mejor calidad de vida. José Banzo asegura que formando parte de la cooperativa sus técnicos especialistas nos abren los ojos en lo que tenemos que cambiar: raza, producción, alimentación…su trabajo de asesoramiento, es un apoyo clave para nosotros”.

Los ganaderos también tienen aficiones como bailar o practicar deportes

La ganadería Banzo está localizada en Huerto. Un pueblo de la provincia de Huesca que, como tantos otros, ha perdido población en la última década. Desde el año 2010 hasta ahora residen allí 54 personas menos, es decir, actualmente Huerto tiene 218 habitantes. Uno de ellos es José Banzo Alvira, sin embargo, su hijo Sergio ya no reside allí.


ganaderia ovina Grupo Pastores

Sergio Banzo al frente del rebaño de su familia.

José afirma que “en el pueblo hay más calidad de vida que en una capital”, sin embargo, cada vez es más habitual que “la gente joven que trabaja en el municipio se va a vivir a Huesca, porque están a solo 20 minutos en coche, es el problema de los pueblos que no hay convivencia y se están despoblando”. Al final, se pierde la mano de obra y las oportunidades en el medio rural también se reducen, se crea un círculo vicioso.

Tener acceso a mejores servicios es una de las principales razones que mueve a las familias jóvenes a dejar su pueblo y e irse a vivir a Huesca capital. La oferta de ocio también es otro aspecto que ponen en la balanza, pero que no convence a José Banzo porque defiende que “puedes salir a ver espectáculos, desde Huerto estás a una hora de Zaragoza, a 2 horas de Barcelona, a 3 horas de Madrid. Además, a Huesca puedes ir a dar una vuelta y volver a dormir al pueblo”.

Su hijo Sergio Banzo aporta otro punto de vista, desde la perspectiva de una persona joven e inquieta. Hace 10 años que vive en Huesca, “el motivo es que cuando yo tenía 26 años quedaban muy pocos de mi generación. Yo sería muy feliz en mi pueblo, pero también soy inquieto”. Sergio quiere poder disfrutar de su tiempo libre no de forma esporádica sino como algo periódico que forma parte de su rutina. Él lo explica muy bien “¿conoces a algún ganadero con hobbies? Yo practico esgrima, modelismo histórico, clases de baile, idiomas… al final el pueblo se queda pequeño, buscas socializar y calidad de vida, no muy distinto a cualquier otro trabajo”.

La ganadería de la familia Banzo premiada en Cedrillas

Los premios a los ganaderos siempre son un reconocimiento que sirven para poner en valor su trabajo y dedicación, cada vez más en aspectos innovadores. Se trata de destacar los buenos resultados que obtienen muchos de nuestros socios en sus ganaderías y animar a mejorar a los demás ganaderos..

ganaderia ovina Grupo Pastores Padre e hijo, José y Sergio Banzo en su ganadería de Huerto (Huesca).

En la última edición de la Feria agrícola, ganadera e industrial de Cedrillas, celebrada del 5 al 7 de octubre de 2018, se celebró el IX Premio a la viabilidad de las ganaderías de ovino, organizado por Oviaragón y UPRA – Grupo Pastores con el patrocinio de CEVA-Salud Animal.

En este certamen la ganadería de la familia Banzo logró el premio al mejor resultado obtenido en tratamientos con sincronización de celos e inseminación artificial. En los tres últimos años han obtenido una fertilidad media en Inseminación Artificial del 72%. En 250 ovejas inseminadas: 180 paridas y 329 corderos nacidos (prolificidad de 1,83 corderos por parto). Es el mejor resultado obtenido en los últimos 3 años dentro del programa de mejora genética de la UPRA-Grupo Pastores.

 

El objetivo de un ganadero como Sergio Banzo es “vivir de la ganadería, pero no solo para ella”.

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