Sobreviviendo a Novés

Novés es una pedanía de unos 30 habitantes que emerge en una pequeña loma al lado izquierdo de la carretera que le une con Jaca. Allí, junto a su familia, se las arreglan José Luis Larraz y su hermana Virginia para vivir en un entorno tan castigado por la despoblación. La receta de su supervivencia es la agricultura, la ganadería, el turismo y el patrimonio rural.

José Luis, de 41 años, se dedica a la agricultura y la ganadería desde hace casi 20 años, cuando dejó de estudiar para trabajar con su padre. Se incorporó porque es lo que a él le gusta y “por tradición familiar. Estudié EGB y BUP, y ya me quedé ayudando con el ganado y la agricultura. Conforme va pasando el tiempo pienso que hubiera podido tener otro tipo de vida, pero estoy muy a gusto aquí”. Ahora ha cogido las riendas del negocio familiar, ya que su padre, que formó parte del consejo rector de Pastores Grupo Cooperativo, se jubiló hace unos años, aunque sigue echándole una mano en todo lo que puede. “Mientras pueda me seguirá ayudando, ya que, en general, toda la gente de la zona que se dedica a la agricultura o la ganadería ayuda hasta que puede”.

 

Novés (Huesca)

Desde la agricultura y ganadería al turismo rural

En su familia también se dedican al turismo, ya que su hermana Virginia, que volvió al pueblo después de estudiar una ingeniería agrónoma, regenta la casa rural La Solana de Jaca en el mismo Novés. “Fue una idea que surgió en la familia, ya que teníamos una casa grande parada, y se nos ocurrió arreglarla para destinarla al turismo rural. Funciona muy bien ya que tiene de todo. Vienen desde familias hasta despedidas de soltero. La barbacoa da mucho juego, ya que además de ella, tenemos un gran salón en el que pueden comer grandes grupos. Además, no es necesario que haya más servicios alrededor, porque eso es precisamente lo que busca la gente, tranquilidad y poder descansar por la tarde y la noche después de un día de montaña”.

La abuela de José Luis y Virginia, Nati, de 97 años, junto a su familia, fueron las últimas personas que habitaron la pardina de Ayés, (antes de su transformación en La Borda de Pastores), hasta 1.965, año en el que el padre de Nati decidió dejar la pardina tras la marcha de los últimos habitantes de la cercana población de Rapún a Sabiñánigo a trabajar en la industria, ya que “nos llevábamos muy bien con ellos, y una vez se fueron, mi padre pensó que lo mejor era irnos para no quedarnos allí solos” indica Nati.

Nati se marchó de la pardina con su marido a Novés, ya que él era de allí. Este pequeño municipio conserva las características de las aldeas medievales, calles y casas empedradas situadas en torno a una iglesia, ésta del S.VII, pero construida sobre otra anterior.

A día de hoy se conservan numerosos edificios y bienes materiales en Novés, como la citada iglesia, el edificio de las antiguas cárceles, una fuente, un abrevadero, un antiguo horno, el crucero (monumento religioso constituido por una cruz de piedra), las escuelas, que actualmente albergan el Centro Social, la antigua herrería, rehabilitada desde 2.004 y las casetas de piedra seca.

Antigua herrería de Novés. (Foto de chematapia.blogspot.com)

José Luis echa en falta que haya algo más de vida en Novés. “Si hubiera un bar fijo daría mucha vida al pueblo, pero con 30 habitantes nadie lo quiere poner. Muchas veces pasa gente en bici o en moto preguntando si hay algún bar, pero los tienes que mandar a los pueblos de al lado”. Aparte, “para todo nos tenemos que desplazar mínimo a Jaca. Para comprar, para el médico o también cuando quieres salir a tomar algo”.

 

Las casetas de piedra seca de Novés

Alrededor del caso urbano de Novés se encuentran algunos ejemplos muy bien conservados de la arquitectura de la piedra seca: la Caseta de la Viña Arriba, Caseta de la Paulona y la Caseta de la Corona.

Son tres pequeñas construcciones que se usaban por agricultores para almacenar los aperos y por los pastores para resguardarse de las inclemencias del tiempo. Pequeñas casetas de planta circular, con una sola estancia. Los muros fueron construidos usando la técnica de la piedra seca, es decir, que las paredes se fueron levantando sin más materiales que la propia piedra. Esta técnica de construcción suponía un aprovechamiento del terreno y un ahorro en la construcción de las casetas, ya que se utilizaban las piedras que se encontraban por la zona, principalmente las que se desechaban tras el despedregado de los campos de cultivo o de los pastos y que se iban acumulando en las márgenes, prescindiendo de cualquier otro material.

Caseta de piedra seca en Novés. (Foto de chematapia.blogspot.com)

La forma de construirlas era, una vez levantadas las paredes rectas, levantando círculos con las piedras cada vez más pequeños conforme se iba ganando altura. De esta forma, el resultado era una bóveda, en cuya parte más alta se encontraba, generalmente, el único hueco que daba al exterior, al margen de la puerta, y que servía de salida de humo para las hogueras que calentaban a los pastores en invierno.

 

El románico de los pueblos del Campo de Jaca

Uno de los principales atractivos del Campo de Jaca, la zona donde se encuentra Novés, son las iglesias románicas, entre las que se encuentran las de Asieso, Banaguás, Guasillo, Abay y Canías. Son pueblos que tradicionalmente han vivido (y viven) de la agricultura, sobre todo del cereal, y la ganadería, especialmente de la ovina.

A solo un kilómetro de Jaca, en Asieso, se encuentra la iglesia de San Andrés, construida entre los Siglos XI y XII, la época inicial de la difusión del románico en la Jacetania. De la misma época data el campanario de la iglesia de San Adrián, en Guasillo. Aunque la iglesia se remodelara en el Siglo XVIII, su campanario es uno de los más antiguos de la comarca.

Iglesia de Asieso (Huesca)

Iglesia románica de Asieso (Foto de Edelweiss Ordesa en Pinterest)

También renovada en el Siglo XVIII, aunque respetando de manera más fiel el estilo original y algunos de sus elementos del Siglo XI, como el ábside, se encuentra la iglesia de San Juan Bautista de Banaguás. Otro de los ejemplos del románico que podemos encontrar en el Campo de Jaca es la iglesia de San Andrés de Abay, la cual se comenzó a construir en el Siglo XII y, tras varias ampliaciones y modificaciones, se finalizó en el XVIII, al igual que la mayoría de iglesias de la zona.

Por último, situada en lo más alto de Canías y rodeada del viejo cementerio, nos encontramos con la iglesia de San Pedro Apóstol, del Siglo XII, la cual conserva en gran medida sus elementos originales.

Gracias a la agricultura, la ganadería, el turismo y el patrimonio, Novés y los pueblos del Campo de Jaca, tienen un hilo de esperanza que les une con el futuro.

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